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La desesperación porque el ex secretario de Gobierno, Eric Cisneros, no levanta ni un puntito en las encuestas, hace que gente afín a éste cometa locuras e ilegalidades bárbaras, ya que ante el anuncio de la visita de la ingeniera Rocío Nahle al municipio de Otatitlán, los lugareños pintaron bardas demostrándole su apoyo, pero la gran sorpresa fue que aparecieron vandalizadas, lo cual es reflejo de la prepotencia y arrogancia con que se dirige este grupo que lo único que hace es dañar el proyecto de transformación.
“¡Ni en los tiempos del PRI!”, así lo manifestaron diversos habitantes del municipio cuenqueño al ver que vándalos hicieron de las suyas con las bardas.
Tal vez les dolió más que causara más fervor la visita de una veracruzana de corazón como lo es Rocío Nahle, que el mismo Eric Cisneros –que se dice originario de este municipio– ya que con sus acciones demuestra lo intransigente que es al no entender que la ruta de la Transformación en Veracruz requiere la unidad y como ya lo dijo la virtual candidata, quien como buena ingeniera: construye, no destruye.
No está de más decir que medios asociados a la alcaldesa de Otatitlán y su operador de prensa se dedicaron a denostar, calumniar y ofender a quienes asistieron a dicho evento. Los ciudadanos ven con malos ojos que el ayuntamiento se dedique a hacer propaganda a favor de Cisneros, mientras las finanzas están quebradas y la alcaldesa enfrenta un daño patrimonial por casi 16 millones de pesos.
Los ancianos cuentan las historias que sus padres les narraban de una organización criminal en el estado que en los años 30 y 40’s a la mala se hizo del poder: LA MANO NEGRA, que dirigió Manuel Parra en aquellos años. Un negro antecedente en la política veracruzana.
¿Será que en Otatitlán hay una nueva Mano Negra?
Esperemos se calmen los ánimos en la cuenca del Papaloapan y manden calmar a la jauría.